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CHIQUI (Guardián a quién realizaban ofrendas para un buen año)


Marañas de ramas retorcidas van armando el escenario;
madeja de vainas crujientes se expanden envolviendo
el aire, el tiempo
Remolinos de dulzón aroma llena recodos escondidos
Así transita la vida ilusa de ojos ardientes que
vigilan la ofrenda
Mentiras sentenciosas de llama mojada ardiendo,
flameando despavorida
Cómo encontrar la vida en tantos diluvios, en tanta sequía?
Deseo de lugares donde el hombre siente su origen,
añora su historia
Vuelo de sueños ancestrales descubren brillantes pasadizos,
el néctar se expande a través de toboganes de cristal terrozo
Ojos tristes de brillo imantado atrapan imágenes
sabrosas de tierra, cielo, pastizal
Sabor a algarroba y chicha embrujada
pinta labios mojados de fruto y deseo
Revuelo de pájaros asustados emprende huida a puestos lejanos
Explosión de burbujas sedientas de aire, de libertad,
encuentra su rumbo tardío
Aullido inquietante da aviso a la nueva presencia,
plumajes soberanos marca su espacio, su tiempo
Algarrobo, altar elegido;
muñecos colgados, centro de rituales paganos
Cacería ordenada, cuidada,
Chiqui el pueblo te venera y teme
Ofrendas conservadas permiten el esplendor, el descanso
Entrega humilde, firme creencia encarnada en el hombre,
temor escondido refuerza la danza
Brebajes que embriagan lujuriosamente la espera de
un nuevo día
Aceptación del invisible Guardián marcando el transitar
del pueblo
Uniendo la vida y la muerte, brindando salida a la historia